Este es un post repetido pero que ahora vuelvo a dejar aquí porque adquiere nuevos significados para mi y, tal vez... 
Esta es una historia de amor, pero no una  historia de enamorados. Es la historia de un ángel. La historia de un  ángel que renunció a su condición divina para ser hombre. Conozco bien  esta historia porque él mismo me la contó. Yo la contaré como la siento,  o quizá...como el la sentía.
No hace  mucho hubo un ángel, uno cualquiera; era como todos los ángeles. Era  feliz por lo que era, no por lo que tenía, no por lo que hacía. Pero un  día, un día como otro cualquiera, sintió la necesidad de ser hombre. Y  asi, cabizbajo acudió a hablar con Dios. Él ya sabía a qué venía el  ángel y, antes de que pronunciara una sola palabra, le dijo:
"Nadie  te ata para que estés a mi lado. Serás lo que tú quieras ser. Tan solo  quiero que sepas que con el tiempo olvidarás quién eres. Eso es propio  de mi creación más perfecta: el hombre. Pero no temas, todos los hombres  tienen la capacidad de volver a ser quienes son, solo tienen que  recordar y elegir ser. Desea todo lo que quieras, no hay límites, no te  preocupes de si actúas bien o si actúas mal, tan solo preocúpate de que  tus deseos no se conviertan en necesidades. Ve, y recuerda que nunca  estarás solo por muy difícil y dolorosa que sea la situación que se te  presente".
Y asi, el ángel se mezcló entre los hombres, como un hombre más...
Como  hombre que era conoció todo tipo de situaciones, supo del amor y del  desamor. Supo de la envidia, de las traiciones y del odio. Supo de la  indiferencia, de la tristeza y del dolor. Supo de la amistad, de la  sinceridad y de la desconfianza, del miedo, del orgullo; supo del ego y  de la necesidad de ser amado y alabado. Era un hombre y había olvidado.
Con  el paso del tiempo empezó a tener otras necesidades. Se sentía vacío.  Había vivido grandes experiencias, había gozado y había sufrido, había  deseado todo lo que los hombres puedan llegar a desear, pero había hecho  de esos deseos una necesidad. Y un día tuvo un recuerdo, recordó que  podía elegir, pero en lugar elegir "ser" eligió "hacer". Fué entonces  cuando se dedicó a los demás. Y cuanto más dedicaba su tiempo a los  demás, más creía estar aprendiendo. Es cierto que ayudó a muchos hombres  y mujeres a encontrar su camino, sin embargo, el suyo propio era cada  vez más incierto. Llegó a ver en el corazón de la gente, llegó a  comprender; era capaz de darse cuenta de todo lo que sucedía a su  alrededor. Nada escapaba a sus sentidos, ni el más mínimo de los  detalles. Sabía de todos los sufrimientos y de todas las alegrías, de  todos los secretos mejor guardados, de todas las  verdades y mentiras de  la gente que le rodeaba...pero  era incapaz de descubrir su propia  verdad. Y sufría, sufría lo indecible.
Escuchó  muchos consejos de gente  que le quería pero ninguno de ellos era  adecuado para él. Cultivó su mente, estudió, aprendió de diversas  culturas, pero tan solo adquirió conocimientos, conocimientos que eran  útiles para otras personas, pero no para él.
Pero  un dia presenció algo muy doloroso para él, algo tan doloroso que todo  su ser se retorció tan profundamente que pensó que moriría de pena. Se  retorció tanto que pudo verse a sí mismo...y entonces fue cuando recordó  quién era y se dió cuenta de que todo lo que había aprendido en su vida  de hombre no le servía para nada porque no lo necesitaba. Comprendió  que sus deseos no podían convertirse en necesidades, recordó que el amor  es lo mas importante de la vida, pero sobre todo el amor para con uno  mismo. Entendió que nada ni nadie podían ser tan importantes como para  anteponerlos a él mismo. Entendió que el sufrimiento es solo una  elección y que podía ser feliz por lo que ya era y no por lo que hacía. Y  fue entonces cuando empezó a dejar atrás todo lo que había conseguido  en su vida de hombre: dejó cosas, soltó a las personas a las que había  ayudado; las dejó marchar de su mente y las guardó en un lugar de su  corazón; dejó atrás los pensamientos que el mismo se había creado y que  tanto le torturaban, rompió con las normas y las reglas que se había  autoimpuesto...
Y por primera vez en  su vida de hombre sonrió como nunca había sonreído. Por primera vez tuvo  paz y felicidad duradera. Tan solo tuvo que mirar hacia su interior  y...recordar.
FIN
Yo solo puedo añadir a esta historia una cosa: "Si crees que lo sabes todo es que no has entendido nada"




