miércoles, 14 de julio de 2010

Camiño de Santiago III


Aceptar: sin victorias, sin derrotas. ¿Por qué cuesta tanto aceptar, sin poner alguna condición, sin hacer algún tipo de petición a cambio?.
En el autobús que me llevaba a la Estación Sur de Madrid me hacía todos estos planteamientos, planteamientos que no surgían de la mente que piensa sino de la mente que siente.
"Confía. Confía en que todo irá bien"-algo o alguien me decía-
Es de locos creer que el sentimiento va antes que el pensamiento. Bueno, lo cierto es que hay algo anterior a pensamiento y a sentimiento en donde está "lo que es".
"Deja de preocuparte" -la misma voz inquiría-. "No hay nada más valioso que puedas tener en este momento que no sea este preciso instante, así que no te distraigas y mira la maravilla que hay dentro de ti y así podrás apreciar sin juicios, sin maquillajes, la maravilla que hay a tu alrededor"
España jugaba contra Suiza y...dejé de estar nervioso por la pérdida. ¿Un sufrimiento útil o inútil? Bueno, sólo la confirmación de que mi mente poco adiestrada era incapaz de discriminar entre realidad interior e ilusoria realidad exterior.
En realidad nunca se pierde si uno está claro, si uno sabe donde está y si uno es el uno y el todo.

PD: Al final... España perdió contra Suiza pero...¡Ganó el Mundial! ¡Qué cosas!

2 comentarios:

Fuego dijo...

Ostras no sabia que tu mente albergaba tantas dudas hijo, yo cogí el macuto jeje y sin mas dilaciones con mi mente tiré pal monte, lo que ahora me pregunto que si fui yo la única que desconecte del todo...

De nuevo el choque de la rutina eh... aishhhh que hombre....

Antonio dijo...

No, no es tan complicado, es más simple que todo eso...