Mirar, observar...pocas veces lo hacemos y cuando lo hacemos no vemos "el rojo del amanecer" de Luz, sólo vemos una hora a la que sale el sol. Pero ¡qué bonito sería ver para comprender!. Nuestros sentidos están ahí para algo, no sólo para deleitarnos con un amanecer, con un día espléndido, con una buena compañía...nuestros sentidos son el medio del cual se sirve nuestro yo interior, lo que verdaderamente somos, sin etiquetas, sin prejuicios, sin obstáculos, sin carencias. Cuando realmente vemos y comprendemos, la vida adquiere no una tonalidad sino millones y millones de tonalidades distintas, porque ver, observar sin juzgar, sin dolor, sin prejuicios, sin buscar, ese observar nos hace libres y nos eleva a la categoría de "seres humanos conscientes". Todo lo demás es perder el tiempo, es perder la vida, es como mucho vivir en la superficie, vivir con el disfraz del carnaval de la vida, fácil y sin sentido.
Mi camino pasa por dejar atrás mi disfraz y por ver, ver tan lejos como mis ojos puedan ver...
4 comentarios:
Para fuego: Se ha borrado tu comentario aunque he podido leerlo por email. Bueno, llevas razón pero podríamos contentarnos con aquello de "siempre queda la esperanza", aunque esto no sería suficiente, personalmente antes que esperanza prefiero la voluntad, el propósito de querer ver...
Un abrazo
Se me ha bloqueado y al teclearlo tanto lo he eliminado.
Yo creo que no hay esperanza sin voluntad, las cosas no te llueven por arte de la magia.
Seguiré leyendo...
Bueno, yo me refería a que si confias en la esperanza para que se resuelva tu vida entonces vamos listos de papeles, y por supuesto "las cosas no te llueven por arte de magia", hay que currárselo y a fondo. Las circunstancias, si no existen, las creamos nosotros, pero para eso hace falta voluntad. A veces tan solo tenemos que "dejar de hacer" (¡qué contradicción! ¿no?):"No hagas y todo se hará a través tuyo"
Seguiré escribiendo...
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